jueves, 26 de junio de 2014

Aquellos héroes

Incesantes silbidos se metían en lo más profundo de su oído alcanzando los miedos más oscuros de su mente mientras cerraba los ojos con fuerza e intentaba salir de aquel infierno pensando en su esposa y sus hijos, imaginando abrazarlos cuando llegase a casa de nuevo.

Se escurría en aquella esquelética barca metálica, apretando, casi estrangulando a su inseparable amigo, el único que podría abrirle paso si lo usaba de la forma correcta, su rifle. Compañeros gritaban a su alrededor en el caos más absoluto, vomitaban en las lanchas por el mareo que les provocaban las olas que mecían su transporte, lloraban como niños arrinconados como ratas sin escapatoria, maldecían a los cuatro vientos mientras otros rezaban…

Aquellos valientes hombres sometidos a la presión de la muerte por un paso en falso exponían la más triste cara de un ser humano, el miedo en su máxima expresión. Esos silbidos de las balas pasando a escasos centímetros de sus cabezas eran lo más parecido al sonido de la guadaña de aquella que viste de negro. En aquella playa paseaba su ensangrentada hoz clavándola en la arena con la misma facilidad que se había cobrado aquellos cuerpos inertes que allí yacían. La única duda que les asaltaba a cada uno de aquellos muchachos era si aquel día mirarían al ángel de la muerte a la cara o si podrían pasar inadvertidos a aquella caza que se cernía en aquel rojo amanecer.

viernes, 20 de junio de 2014

Placeres de la vida (VI)

  • Enamorarme de ti
  • Partir el caramelo de la crema catalana con la cucharilla
  • Escuchar un vinilo sobre un gramófono
  • Desnudarte lentamente
  • La arena de playa entre los dedos

miércoles, 18 de junio de 2014

¿Qué eres?

No eres la talla de tu sostén, ni eres la anchura de tu cintura.
No eres el color de tu cabello, el color de tu piel o el color de tu lápiz labial.
No te defines por la cantidad de atención que obtienes de los hombres o de las mujeres.
No eres la foto de perfil que tienes, ni los "me gusta" que puedes obtener.
No eres ese diminuto vestido rojo, ni la blusa que muestra tu ombligo.
No eres ese piercing, ni los tatuajes que puedas tener.

Eres las cosas con las que sonríes y las palabras que dices.
Eres los sentimientos y los pensamientos que tienes.
Eres hermosa no por la forma de tu cuerpo, sino por la calidad de persona que eres.