J.Insomnia
Lo que pasa por mi cabeza esas noches...
domingo, 25 de enero de 2015
Te querré mientras dure
<<Ella me dijo “te querré para siempre”, y yo le contesté “te querré mientras dure”. Se enfadó conmigo dos días, me dijo que no la quería. Ahora cada vez que la veo me dan ganas de recordarle que su “por siempre” sólo duró unos cuantos meses y que mi “mientras dure” fue mentira porque ya terminó y aún la sigo queriendo.>>
miércoles, 26 de noviembre de 2014
viernes, 12 de septiembre de 2014
sábado, 2 de agosto de 2014
Momentos perfectos (VI)
Como en hora punta, la vía colapsó rápidamente.
Como al atardecer, el rojo bañó aquellos túneles.
Como en la madrugada, nadie en movimiento.
Como al amanecer, sólo el aire recorrió las calles.
Como al atardecer, el rojo bañó aquellos túneles.
Como en la madrugada, nadie en movimiento.
Como al amanecer, sólo el aire recorrió las calles.
Un infarto.
jueves, 31 de julio de 2014
¿La quisiste?
— ¿La quisiste?
— Estuve con ella ¡Claro que la quise!
— ¿Y después de que todo acabo, la seguiste queriendo?
— Aunque a veces me cueste aceptarlo, sí, la seguí queriendo…
— ¿Y porque no luchaste, porque no hiciste algo para volver con ella?
— ¿De qué me hubiera servido? Si yo sabía que a pesar de quererla lo nuestro ya no podía ser; si a veces intentamos e intentamos aun sabiendo que es inútil y llegamos a ese punto en el que nos damos cuenta de que ya fue suficiente.
Está de más decir que la amé, que lo que viví con ella fue hermoso, y que como se lo prometí más de una vez no la voy a olvidar nunca, y quizás ella hoy me odie, quizás todas sus amigas me odien porque piensan que fui un tonto, que al poco tiempo de dejarlo con ella andaba con otras chicas, que nunca la quise, y todas esas estupideces que dicen las personas, pero nadie sabe lo mal que yo lo pasé por ella.
Nadie tiene una idea de las sonrisas que me sacaba con el simple hecho de mandarme un mensaje, y puede ser que sí me haya equivocado, que algunas cosas las haya hecho mal, pero la quería, de verdad la quería. Y eso se lo puedo discutir al que sea, por un tiempo intenté fingir que no me importaba, que ella era libre de hacer su vida y yo la mía, por un tiempo creí haber superado todo lo vivido, hasta que la vi. La vi riendo con sus amigas, la vi feliz, y entendí que por más de que pase el tiempo nunca dejaré de quererla, nunca podré olvidarla completamente y hoy, que ya pasó un tiempo, que ya crecí bastante puedo decirte que la amé, que fui el hombre más estúpido del mundo por haberla perdido, que quizás tenía que haber luchado un poco más, pero las cosas fueron así, hay relaciones que no tienen salvación...
— ¿Crees que ella ahora este con alguien que realmente la merezca?
— No sé si la persona con la cual está la merece, ¿quién soy yo para decirte eso? La hice sufrir tantas veces que sería un idiota si opinara con respecto a su relación, pero a la persona con la cual hoy está, solo le pido que la cuide, que la ame, que la respete, que no la haga sufrir, que le saque tres sonrisas por cada lagrima que yo le saqué, y si ese hombre es capaz de hacer eso, si esa persona puede hacerla feliz y amarla la mitad de lo que la ame yo... Tiene todo mi respeto y de corazón y con lágrimas en los ojos puedo desearles lo mejor.
— Estuve con ella ¡Claro que la quise!
— ¿Y después de que todo acabo, la seguiste queriendo?
— Aunque a veces me cueste aceptarlo, sí, la seguí queriendo…
— ¿Y porque no luchaste, porque no hiciste algo para volver con ella?
— ¿De qué me hubiera servido? Si yo sabía que a pesar de quererla lo nuestro ya no podía ser; si a veces intentamos e intentamos aun sabiendo que es inútil y llegamos a ese punto en el que nos damos cuenta de que ya fue suficiente.
Está de más decir que la amé, que lo que viví con ella fue hermoso, y que como se lo prometí más de una vez no la voy a olvidar nunca, y quizás ella hoy me odie, quizás todas sus amigas me odien porque piensan que fui un tonto, que al poco tiempo de dejarlo con ella andaba con otras chicas, que nunca la quise, y todas esas estupideces que dicen las personas, pero nadie sabe lo mal que yo lo pasé por ella.
Nadie tiene una idea de las sonrisas que me sacaba con el simple hecho de mandarme un mensaje, y puede ser que sí me haya equivocado, que algunas cosas las haya hecho mal, pero la quería, de verdad la quería. Y eso se lo puedo discutir al que sea, por un tiempo intenté fingir que no me importaba, que ella era libre de hacer su vida y yo la mía, por un tiempo creí haber superado todo lo vivido, hasta que la vi. La vi riendo con sus amigas, la vi feliz, y entendí que por más de que pase el tiempo nunca dejaré de quererla, nunca podré olvidarla completamente y hoy, que ya pasó un tiempo, que ya crecí bastante puedo decirte que la amé, que fui el hombre más estúpido del mundo por haberla perdido, que quizás tenía que haber luchado un poco más, pero las cosas fueron así, hay relaciones que no tienen salvación...
— ¿Crees que ella ahora este con alguien que realmente la merezca?
— No sé si la persona con la cual está la merece, ¿quién soy yo para decirte eso? La hice sufrir tantas veces que sería un idiota si opinara con respecto a su relación, pero a la persona con la cual hoy está, solo le pido que la cuide, que la ame, que la respete, que no la haga sufrir, que le saque tres sonrisas por cada lagrima que yo le saqué, y si ese hombre es capaz de hacer eso, si esa persona puede hacerla feliz y amarla la mitad de lo que la ame yo... Tiene todo mi respeto y de corazón y con lágrimas en los ojos puedo desearles lo mejor.
domingo, 29 de junio de 2014
jueves, 26 de junio de 2014
Aquellos héroes
Incesantes silbidos se metían en lo más profundo de su oído alcanzando los miedos más oscuros de su mente mientras cerraba los ojos con fuerza e intentaba salir de aquel infierno pensando en su esposa y sus hijos, imaginando abrazarlos cuando llegase a casa de nuevo.
Se escurría en aquella esquelética barca metálica, apretando, casi estrangulando a su inseparable amigo, el único que podría abrirle paso si lo usaba de la forma correcta, su rifle. Compañeros gritaban a su alrededor en el caos más absoluto, vomitaban en las lanchas por el mareo que les provocaban las olas que mecían su transporte, lloraban como niños arrinconados como ratas sin escapatoria, maldecían a los cuatro vientos mientras otros rezaban…
Aquellos valientes hombres sometidos a la presión de la muerte por un paso en falso exponían la más triste cara de un ser humano, el miedo en su máxima expresión. Esos silbidos de las balas pasando a escasos centímetros de sus cabezas eran lo más parecido al sonido de la guadaña de aquella que viste de negro. En aquella playa paseaba su ensangrentada hoz clavándola en la arena con la misma facilidad que se había cobrado aquellos cuerpos inertes que allí yacían. La única duda que les asaltaba a cada uno de aquellos muchachos era si aquel día mirarían al ángel de la muerte a la cara o si podrían pasar inadvertidos a aquella caza que se cernía en aquel rojo amanecer.
Se escurría en aquella esquelética barca metálica, apretando, casi estrangulando a su inseparable amigo, el único que podría abrirle paso si lo usaba de la forma correcta, su rifle. Compañeros gritaban a su alrededor en el caos más absoluto, vomitaban en las lanchas por el mareo que les provocaban las olas que mecían su transporte, lloraban como niños arrinconados como ratas sin escapatoria, maldecían a los cuatro vientos mientras otros rezaban…
Aquellos valientes hombres sometidos a la presión de la muerte por un paso en falso exponían la más triste cara de un ser humano, el miedo en su máxima expresión. Esos silbidos de las balas pasando a escasos centímetros de sus cabezas eran lo más parecido al sonido de la guadaña de aquella que viste de negro. En aquella playa paseaba su ensangrentada hoz clavándola en la arena con la misma facilidad que se había cobrado aquellos cuerpos inertes que allí yacían. La única duda que les asaltaba a cada uno de aquellos muchachos era si aquel día mirarían al ángel de la muerte a la cara o si podrían pasar inadvertidos a aquella caza que se cernía en aquel rojo amanecer.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)